LA FAMILIA

Fue creada por Dios. Génesis 1: 27 y 28
Es la base de toda sociedad. Célula primaria de pueblos y naciones. Génesis 12:1-3


La comunicación en la familia.


Jesús es el mejor ejemplo de comunicación:
Jesús decía constantemente: “ Yo y el Padre uno somos”


Lucas 10:22: nos muestra la íntima comunión que existía entre el Padre y Jesús.
Esta comunicación se basaba en una total y mutua interdependencia y comunicación. San Juan 17:21


Esta misma unidad y comunicación que nos enseñó, es la que debe existir entre los cristianos y con mayor razón en las familias, en cada hogar.


Comunicación equivale a encuentro.


Palabra que proviene del latín communis, que significa algo que se unifica, que se pone en común, como quienes se ponen de acuerdo.
Para lograrlo, es necesario romper barreras y acercarse.


La falta de comunicación adecuada es el problema número uno para la familia; y de allí proceden los males que destruyen el matrimonio, la vida de los hijos, el crecimiento y desarrollo de ellos.


El silencio puede ser el inicio de falta de interés, hostilidad y aburrimiento.
El resultado de la falta de comunicación es la amargura.




El diálogo es un camino de dos vías; se requiere la participación activa de dos ó más personas.
Monologar es manifestar egoísmo.


Dialogar es hablar con el corazón en la mano.


El verdadero diálogo se produce cuando cada persona se interesa por las necesidades de la otra. Se le permite hablar, y se la escucha con atención.


La persona sensible tiene sus “antenas” activas para observar la reacción de otros.
Un estudio sobre comunicaciones dentro de la familia, reveló que sólo el 7% de la comunicación se hace con palabras; en cambio el 38% se logra con el tono de la voz y el 55% con expresiones del rostro, gestos y no movimientos del cuerpo.


La comunicación no verbal es de incalculable importancia en el hogar.


El que sabe mostrar empatía tiene capacidad para imaginarse lo que siente la otra persona, y compartirlo con ella.


La Biblia nos habla de la importancia que tiene prestar atención al otro.
Jesús dice seis veces en los evangelios: “ El que tiene oídos para oír, oiga.”
Santiago 1:19: “ Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.”


En muchas relaciones hogareñas no estamos escuchando muy claramente. Oímos ciertos sonidos, pero la mente está distraída. Esto es peligroso.


DEBEMOS APRENDER A ESCUCHAR.


La comunicación es también motivación. La motivación positiva abre a la persona y mueve psicológicamente hacia la persona que inicio la comunicación.


Motivar implica alentar y entusiasmar; y es parte importante de la comunicación.


Dra. Ana Maria Parini