HOY, SOLO QUIERO DARTE LAS GRACIAS

Siempre hemos escuchado en el mundo de manera cotidiana cada vez que termina un año y comienza otro, que los tiempos pasados siempre fueron mejores que los actuales; quizás añorando los triunfos o los logros alcanzados y que por algunas circunstancias ya no están, o bien, suspirando por los años de su juventud, no se, lo que si se es que nunca debemos añorar lo del pasado, ya que esto ha quedado atrás y no volverá; lo que se hizo mal o se dejó de hacer ahí quedo, hoy solo debe ser un simple recuerdo.


Hoy es tiempo de meditar, de hacer un balance sobre los objetivos alcanzados, sobre los fracasos o tropiezos, sobre nuestra relación con los nuestros, con el mundo y sobre todo con Dios.


A lo largo de este año que terminó hubo momentos gratos, tiempos de aflicción, tiempos de pruebas, de llanto pero también de risas, de noticias gratas y otras no tan gratas.


Quizás algunos ya partieron y nos han dejado, quizás nuevos miembros han llegado a nuestra familia y han llenado de luz nuestros hogares; una vela que se ha extinguido y otra nueva llena de esperanza que se enciende hoy.


Para algunos es un nuevo comenzar, es renovarse de energías y prepararse para lo que vendrá, confiados en que todo saldrá bien, para otros faltos de fe es un año más lleno de carencias, de deudas, de tristezas y sin ninguna esperanza en el futuro.


Hoy tienes que hacer un alto en tu caminar y así como el campesino hace con el trigo al separar la semilla de la cáscara, así tú también tienes que separar lo bueno de lo malo, el acierto del error.


Hoy es tiempo de levantar la mirada hacia lo alto, y expresar un:


¡¡GRACIAS SEÑOR!!