LEY DE MATRIMONIO GAY  Y LA POSTURA CRISTIANA



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La Cámara de Diputados debatió por primera vez dos proyectos de ley para incluir en el Código Civil el matrimonio entre personas del mismo sexo y modificar otros artículos para que gays, lesbianas, bisexuales y transexuales tengan los mismos derechos en las relaciones de familia que un heterosexual. Hubo quorum y el jueves próximo continuará el debate para buscar consenso y emitir un dictamen que habilite el tratamiento en el recinto. Esta es la primera discusión parlamentaria del tema en América Latina.


El debate fue impulsado por la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT), en base a dos proyectos de ley presentados este año por las diputadas Silvia Augsburger, del Partido Socialista, y Vilma Ibarra, de Encuentro Popular y Social.


17 diputados de distintos bloques discutieron en un plenario conjunto de las comisiones de Legislación General -que preside Ibarra y está compuesta por 31 diputados- y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, que dirige Juliana Di Tullio y tiene 30.


Ambos proyectos buscan modificar los artículos del Código Civil en los que se menciona, en términos matrimoniales, "hombre y mujer", y reemplazarlos por un término más abarcativo: "contrayentes". Si se aprueba, permitirá que personas del mismo sexo puedan casarse y así acceder a derechos como pensión, obra social y herencia. Y también, a las obligaciones por los hijos adoptados en caso de separación.


"El matrimonio y la adopción son temas que vienen de la mano. Cualquier persona casada o soltera puede adoptar. Hoy en día, muchas parejas del mismo sexo ya tienen hijos. No estamos pidiendo más derechos en términos de adopción. Si no, que dos personas de un mismo sexo puedan casarse legalmente y acceder a los derechos del matrimonio que no les permite la unión civil. Porque si esa pareja tiene hijos y se separa, el que sale perjudicado es el hijo", dijo Vilma Ibarra a Clarín.


La ley argentina hoy sólo reconoce algunos derechos a las parejas homosexuales y en unos pocos distritos. En la Ciudad de Buenos Aires rige la Ley de Unión Civil (la ley N° 1004) que fue el primer reconocimiento de las parejas del mismo sexo en América Latina y el Caribe. Fue aprobada en la Legislatura porteña el 12 de diciembre de 2000 y promulgada el 17 de enero de 2003 por Aníbal Ibarra. También existe en la provincia de Río Negro y las ciudades cordobesas de Río Cuarto y Villa Carlos Paz.


Según María Rachid, presidenta de la FALGBT, un relevamiento realizado por la entidad arrojó que la ley tiene 70% de consenso social. En el debate del próximo jueves participará el activista gay español Pedro Zerolo, asesor del presidente José Luis Zapatero, que anunció una norma similar en España en 2005, en la que se basan los dos proyectos argentinos.


Fuente: Clarín.



POSTURA CRISTIANA RESPECTO AL MATRIMONIO Y LA HOMOSEXUALIDAD



ANTE EL DEBATE EN DIPUTADOS


Evangélicos reafirmaron su posición en contra de bodas gay

ACIERA, organización central, declaró que es la propia subsistencia de la sociedad la que está en juego. Afirman que se estaría otorgando igual tratamiento a lo que es esencial y natural: la unión entre hombre y mujer.
El comunicado completo.



Ante el comienzo del debate en el congreso de la Nación, en el día de la fecha, por parte de las Comisiones de Legislación General y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, quienes se reunirán en forma conjunta para tratar proyectos de Ley de Matrimonio Homosexual, ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina), desea reafirmar su posición institucional, basada en la Biblia, la Palabra de Dios.


El matrimonio es universalmente reconocido como la unión entre un hombre y una mujer. La cultura latinoamericana y las leyes americanas están basadas en una clara y firme valoración de la familia. La Declaración de los Derechos Humanos, Art. 16-3, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, Art. 23,( 1 y 2) y la Convención Americana de Derechos Humanos, Art. 17: (1 y 2), reconocen el derecho al matrimonio constituido por un hombre y una mujer, y a la formación de una familia. Así, esta es considerada como la unidad fundamental de la sociedad, la unión estable entre un hombre y una mujer. Por esta razón, consideramos que el tema es socialmente relevante, ya que es la propia subsistencia de la sociedad la que está en juego.


El matrimonio entonces es esencialmente heterosexual. De este modo, equiparar la unión homosexual al matrimonio sería desvirtuar y desconocer el real significado que la misma palabra encierra.


Asimismo, se vulnera tal institución sometiéndola a una injusta discriminación, dado que se está otorgando igual tratamiento a lo que es esencial y naturalmente distinto. Sin dudas, es el Estado quién debe tener un interés particular en dar protección y beneficios a las parejas heterosexuales, dado que las mismas abren el ciclo a la vida y constituyen la base de formación y perpetuación de nuevas generaciones. Otorgar los mismos beneficios a las parejas homosexuales significaría equipararlas en varios aspectos a las heterosexuales, siendo las mismas intrínsecamente diferentes, por lo que se incurriría en graves signos de discriminación.


Entendemos que el Código Civil no es discriminatorio para los homosexuales, dado que la prohibición de contraer matrimonio entre dos personas del mismo sexo rige para cualquier asociación de personas que no cumplan con los requisitos establecidos en dicho Código. De esa manera, tampoco dos amigos, dos hermanos o dos vecinos del mismo sexo pueden acceder a tal beneficio jurídico. No se trata de un tema de “homofobia”, como tampoco se trata de “fraternofobia”. Por lo tanto, otorgar beneficios especiales a las parejas homosexuales para equipararlas al matrimonio es contrario al espíritu y la letra de nuestro encuadre jurídico.

Solicitamos a las autoridades, que no modifiquen nuestro Código Civil; que se cumplan las intenciones expresadas por nuestra Presidenta, en cuanto a la no modificación del mismo, ni dar lugar a ”nuevos tipos de familia”. Que se multipliquen los esfuerzos dirigidos a la familia original y naturalmente constituida y a los hijos que en ella se forman. Sostengamos los valores que hicieron grande a nuestra Nación, no relativicemos las normas morales. Creemos que la Argentina necesita urgentemente una revolución moral que reivindique los valores desestimados, y estamos convencidos de que la Biblia nos enseña los principios y las conductas que debemos seguir para garantizar el éxito actual y futuro de nuestra sociedad.


“La justicia engrandece a la nación, más el pecado es afrenta de las naciones”. Prov. 14: 34 – La Biblia




ACIERA -  Alianza Cristiana de Iglesias Evangelicas de la Republica Argentina
Bs. As., 29/10/2009